La halitosis o mal aliento es un problema muy común entre la población, que puede llegar a afectar a la autoconfianza y provocar vergüenza. Aunque en muchos casos tiene un origen oral, en otros puede estar relacionada con determinados hábitos o ser indicativo de otros problemas de salud subyacentes.
Por eso, conocer sus causas, saber cómo identificarla y aplicar el tratamiento adecuado es esencial para evitar esta molesta condición y recuperar la sensación de bienestar en el día a día.
¿Qué es la halitosis y cómo se diferencia del mal aliento puntual?
Se conoce como halitosis al mal aliento constante y persistente que no se elimina fácilmente con el cepillado o el uso de enjuagues bucales. Es importante distinguirlo de la sensación de boca seca y mal aliento (xerostomía) con la que muchas personas se despiertan, que se debe a la reducción del flujo salival durante el sueño.
También hay que diferenciarlo del olor desagradable del aliento que puede surgir después de comer ciertos alimentos, al fumar o por una falta de higiene puntual. Y es que la halitosis suele manifestarse en forma de mal aliento aunque te laves los dientes, normalmente de forma crónica.
Esta condición suele estar vinculada con problemas de salud bucal o con una higiene oral deficiente, pero en algunos casos también puede ser un síntoma de otras enfermedades subyacentes. Por eso, si tienes mal aliento persistente que no desaparece al lavarte los dientes, es conveniente que acudas al dentista para identificar su causa y ponerle solución.
Principales causas del mal aliento
A continuación, vamos a contarte cuáles son las principales causas de la halitosis, aunque para determinar con exactitud qué la produce en cada caso es imprescindible acudir al especialista para que pueda hacer el correspondiente diagnóstico. Especialistas como los que formamos parte del Centro Médico Palafox, tu clínica dental en Zaragoza.
Causas orales: lengua, placa bacteriana y enfermedad periodontal
La mayoría de los casos de mal aliento persistente tienen su origen en la boca, donde se generan los llamados compuestos sulfurados volátiles (CSV), principales responsables del olor desagradable. Dichos compuestos se producen cuando las bacterias que descomponen las proteínas presentes en los restos de alimentos y la mucosa bucal entran en contacto con ciertas zonas de la boca.
Una de las partes donde más se acumulan estas bacterias es la superficie posterior de la lengua, formando una capa blanquecina o amarillenta conocida como saburra lingual. Además, la placa bacteriana que se forma sobre los dientes, si no se elimina con una adecuada higiene bucodental, puede endurecerse y convertirse en sarro, irritando las encías y formando bolsas de placa entre estas y los dientes. La patología que genera estas encías inflamadas se conoce como enfermedad periodontal, que en sus primeras fases se llama gingivitis, mientras que cuando avanza y cursa con pérdida ósea recibe el nombre de periodontitis.
Boca seca (xerostomía), medicación y falta de saliva
La saliva cumple una función imprescindible en la limpieza natural de la boca, ya que ayuda a eliminar bacterias y restos de alimentos. Por eso, cuando la producción de saliva disminuye –una condición conocida como xerostomía–, el riesgo de mal aliento aumenta considerablemente.
Aunque es habitual que esto ocurra al despertarse, debido a la menor salivación al dormir, suele desaparecer tras comer y beber y, especialmente, después de lavarse los dientes. Sin embargo, en algunos casos la xerostomía puede deberse a la toma de ciertos medicamentos, enfermedades o factores ambientales.
Alimentación, tabaco, alcohol y otros hábitos
Por otra parte, los hábitos personales también pueden provocar el olor desagradable del aliento. En primer lugar, la ingesta de ciertos alimentos, como el ajo, la cebolla y algunas especias fuertes, puede provocar mal olor temporal. Sin embargo, el consumo habitual de tabaco y alcohol tiende a generar un mal aliento crónico debido a la irritación y sequedad que producen en la boca, además de favorecer la acumulación bacteriana.
Otros hábitos, como no beber suficiente agua, también pueden desencadenar o empeorar el mal aliento.
Causas extraorales: otorrino, digestivas y enfermedades generales
Aunque la gran mayoría de los casos de halitosis tienen su origen en la boca, también es posible que las causas sean extraorales.
Algunas enfermedades otorrinolaringológicas, como infecciones sinusales o amigdalitis, pueden generar olores desagradables que se perciben al hablar o al respirar por la boca. Del mismo modo, el caseum amigdalar (cálculos amigdalinos), que son pequeñas acumulaciones de células muertas, bacterias y mucosidad en las criptas de las amígdalas, también son una de las principales causas de la halitosis.
También es posible encontrar halitosis de origen digestivo, debida por ejemplo al reflujo gastroesofágico, o causada por ciertas alteraciones hepáticas. Por último, algunas enfermedades sistémicas como la diabetes o la insuficiencia renal también pueden dar lugar a mal aliento.
Cómo saber si tienes halitosis: Síntomas y señales de alarma más habituales
Dado lo frecuente que es esta condición, es habitual que muchas personas se pregunten: ¿cómo saber si tengo halitosis? Y lo cierto es que el síntoma más identificable es el mal olor persistente del aliento que no desaparece con la higiene bucal habitual.
Sin embargo, existen algunos síntomas que en ocasiones acompañan al mal aliento y pueden ayudar a identificar esta condición. Los más comunes son la saburra lingual, la sequedad bucal constante y las encías inflamadas o sangrantes, dada la mencionada relación entre halitosis y enfermedad periodontal. En casos más avanzados, pueden aparecer molestias en la boca, como sensibilidad dental o sensación de sabor metálico.
Tratamientos efectivos para el mal aliento
Una vez identificada la causa de tu halitosis, el dentista podrá indicarte el mejor tratamiento a seguir para que desaparezcan los síntomas pero también la causa del problema. A continuación, te contamos cuáles son las soluciones más habituales:
Higiene bucodental completa: dientes, espacios interdentales y lengua
Dado que en la mayoría de ocasiones la halitosis se produce en la boca, mantener una correcta higiene bucodental es la base para combatirla.
En este sentido, es importante cepillarse los dientes tres veces al día, prestando especial atención a las zonas de difícil acceso y sin olvidarse de la lengua, especialmente de su parte posterior y dorsal, con el objetivo de reducir la mencionada saburra lingual.
Además, para los espacios entre los dientes a los que el cepillo no llega, se recomienda utilizar hilo dental o cepillos interdentales, que ayudan a eliminar la placa bacteriana en estas zonas.
Colutorios, pastas y productos específicos para la halitosis
Del mismo modo, complementar la higiene bucal con productos diseñados para combatir la halitosis puede ser muy efectivo. Los colutorios con agentes antimicrobianos o que neutralizan los compuestos sulfurados volátiles ayudan a reducir la carga bacteriana y el olor desagradable.
Asimismo, también hay pastas de dientes formuladas específicamente para combatir la halitosis, que controlan la formación de placa y ayudan a mantener el aliento fresco. No obstante, es recomendable consultar con el dentista para escoger productos con respaldo clínico y no aquellos que solo enmascaran el olor sin tratar su causa.
Tratamiento dental: caries, encías y otros problemas orales
Cuando la halitosis se debe a problemas dentales o periodontales, hay que tratar dichas patologías para poner solución al problema. Y es que, como ya hemos comentado, la gingivitis y la periodontitis favorecen la proliferación bacteriana responsable del mal aliento; asimismo, los restos de comida que se quedan dentro de las caries también puede generar mal olor.
Además de empastar las caries y realizar las limpiezas dentales periódicas, es posible que en casos más avanzados de enfermedad periodontal sea necesario un curetaje dental, que es un tratamiento que consiste en limpiar y desinfectar en profundidad las bolsas que se forman bajo la encía para eliminar la placa, el sarro y las bacterias acumuladas.
Cambios de hábitos y abordaje de causas extraorales
En otros casos, es posible que sea necesario corregir ciertos hábitos nocivos para la salud bucodental, como reducir o eliminar el consumo de tabaco y alcohol, mantener una dieta equilibrada o incrementar la ingesta de agua para evitar la sequedad bucal.
Asimismo, si la halitosis está vinculada a enfermedades extraorales, como infecciones respiratorias o problemas digestivos, habrá que tratar estas patologías subyacentes para corregir el problema.
Prevención: cómo mantener un aliento fresco a largo plazo
Si quieres prevenir la halitosis, te damos una serie de consejos que puedes seguir para evitar la acumulación de bacterias en tu boca y mantener un aliento fresco durante todo el día:
- Cepíllate los dientes tres veces al día. Asegurándote de llegar a todas las zonas, incluida la lengua.
- Usa hilo dental o cepillos interdentales. Que eliminan restos de comida y placa bacteriana entre los dientes, donde el cepillo convencional no llega.
- Bebe suficiente agua. Mantente hidratado para generar suficiente saliva y que tu boca esté mejor protegida frente a las bacterias.
- Evita el tabaco y el alcohol. Ya que ambos producen sequedad bucal y alteran el equilibrio bacteriano, favoreciendo el mal aliento.
- Mantén una dieta equilibrada. Incluye alimentos frescos y crujientes, como frutas y verduras, que ayudan a limpiar tu boca de forma natural y estimulan la producción de saliva.
- Acude a revisiones dentales periódicas. Es importante que vayas al dentista al menos una vez al año para realizarte una limpieza dental y detectar cualquier posible problema.
- Limpia tus aparatos. En caso de que lleves brackets o dentadura postiza, mantenlos limpios para evitar la acumulación de restos de comida y bacterias que pueden contribuir al mal aliento.
Cuándo acudir al dentista o al médico
Cuando el mal aliento persiste a pesar de mantener una buena higiene bucal y unos hábitos saludables, es recomendable acudir al dentista para que detecte el origen del problema.
Además, si notas que el mal olor viene acompañado de otros síntomas como sequedad bucal, saburra lingual o encías inflamadas, la consulta con el especialista es todavía más importante.
Por otro lado, si la halitosis continúa a pesar de no detectar ningún problema bucal, es el momento de acudir al médico para descartar cualquier posible enfermedad respiratoria, digestiva o metabólica.
Si crees que puedes estar sufriendo halitosis, es el momento de consultar a un profesional. En Clínica Dental Palafox podemos ayudarte, ¡contáctanos!
Odontóloga formada en la Universidad Alfonso X El Sabio y con un máster en cirugía oral, implantes y periodoncia (2013), integra una sólida especialización en odontología restauradora con un enfoque integral y personalizado. Se centra en conservar piezas dentales que parecían perdidas por la falta de hueso, garantizando su estabilidad a lo largo del tiempo y mejorando significativamente la calidad de vida de sus pacientes.